EL CHICO DE LOS RECADOS

(Caldo casero Gallina Blanca patrocina este espacio)

Desmontando un reloj encontré
la bebida espirituosa que

tanto buscaba.

Dentro de mi celda yo era el porterito,
el borracho único, y tú sólo el
recuerdo de una caja

de cartón.

Acerqué mis labios al licor.
Hice como hacen los borrachos que
han perdido el pulso

por vivir.

Pude ser el mejor por unos instantes,
el seductor de gallinas, el actor,
el chico de los recados de
un cocinero manco.

Pero de nuevo fui yo.

El porterito,
el borracho único,
y tú sólo el recuerdo de una caja

de cartón.

TOUT VA BIEN

Mi primo mató un pavo real.
Sería buena señal de que todo iba bien.

Tout va bien. – Dijo un francés de Madagascar.

La incertidumbre y las preguntas sin resolver
rondaban la cabeza de mi primo.

Pero se hizo la luz.
Pero se ató los zapatos.
Era una sensación de película de

ciencia ficción.

Primero un lazo y luego dos vueltas completas.
Su sentido común y las recetas de tres
abuelas malgaches hicieron

el resto.

AMOR VERDADERO

La casa de Belinda está llena de mini ceniceros.
En cada mini cenicero sólo cabe una colilla.
Hoy se ha fumado siete cigarros,
siete colillas repartidas por

toda la casa.

Su casa es un gran cenicero.
Su casa es un gran cenicero de

amor verdadero.

La casa de Belinda está llena de mini botellitas.
En cada mini botellita solamente cabe un trago.
Hoy se ha bebido siete botellas,
siete botellas repartidas por

toda la casa.

Su casa es un estercolero.
Su casa es un estercolero de

amor verdadero.