
Mi madre,
ques una navarrica de abrigo y paraguas,
lo está pasando mal con esta
ola de calor.
Y yo rezo a ese Dios que me inculcaron en la iglesia
para que no permita estas altas
temperaturas.
Y lo insulto.
Creo que me empieza a caer
un poco mejor ese
Dios.
Creo que tiene
un quemazo de cigarro en el brazo
como el mío, y eso
mola.