Dame un arma, quiero una.
Dame abulia.
Los cuchillos buenos
han dormido
aquí.
Chupa un chupete sucio del suelo.
Dame un beso en el pipicán.
Y tu perro mirando.
Dame un arma, quiero una.
Dame abulia.
Los cuchillos buenos
han dormido
aquí.
Chupa un chupete sucio del suelo.
Dame un beso en el pipicán.
Y tu perro mirando.
Te voy a fangar esa voz.
Esa voz que remueve la tierra
y planta flores entre
las baldosas.
Esa voz que se lleva un trozo
de todo lo que toca y se
impregna en mi
rodilla.
En el tiovivo
siempre me pasa lo mismo.
¡Ay!
Perdona que onomatopeye.
Perdona mi trajín.
Las
abejas
transportando
el polen también
tienen que cruzar la
carretera.
Cuando la rama de un árbol
apoyada en un seto no
llama mi atención.
Y una paloma me tapa el sol con el ala.
Y una paloma le pregunta a otra
paloma.
¿Qué te pasa?
¿Por qué no contestas?
¿Por qué no alzas el vuelo?
Cuando eso pasa
imito la risa de un desconocido.
Una risa horrible
que se burla de un mosquito
reflejado en un
espejo.
¿Qué te pasa?
¿Por qué no te callas?
¿Por qué no alzas el vuelo?
Dime las dires
de todas las personas viejas
que hablan como personas viejas.
A todas ellas mandaré una carta que diga:
Es muy fácil criticar lo que todo el mundo alaba.
A todas ellas mandaré una carta bañada
de flores, con esa fraganza que
seduce pero no se vende
barata.
Sombras de pájaros negros de picos negros
cruzan mi ventana cada día.
A veces
todo no es
tan perfecto.
Si te soy sincero,
a mí también me da miedo la gente,
a mí también me traga
la noche.
Si te soy sincero,
necesito una base.
Necesito serte sincero.
La verdadera esencia del trabajo
está en los trabajos que tan
gustosamente llamáis
trabajos no cualificados.
Allí está la esencia y no en vuestros trabajos
que tan gustosamente llamo
tu vida en venta.
No veo bien,
no entiendo ni mi letra.
Escribo pero no lo entiendo.
Se ha podrido mi mirada,
mi mirada está
podrida.
Miro pero no veo.
Me gusta mirar los cantos
de los libros que tengo,
a veces también
los leo.
Leo pero no leo.
Un viejo se lía a muletazos con la rama de un árbol.
Un viejo se lía a muletazos con otro viejo.
En algún lugar del planeta…
Imagino que ocurre
pero no me lo
creo.
Dos cachitas.
Uno mucho, el otro menos.
Dos pavas, cuatro nalgas.
Dos pavas con la cara
dibujada.
El muy cachitas erigido líder habla
con una supuesta seguridad
en sí mismo.
¡Pobre infeliz!
Cuando en la otra vida descubra
los sinsabores de su vida pasada
y sólo vea desde
lejos
los verdaderos placeres
de una vida solitaria.
¡Pobre infeliz!
Cuando todo lo descubra
cachitas por toda
la eternidad.
Hay un nido
de pájaro en el techo
de mi cuarto.
Está hecho de barro
y de hojas de
árbol.
Hay un nido
de pájaro en el techo
de mi cuarto.
Por la noche lo intuyo
flotando en una
esquina,
tan oscuro,
tan lleno de vida…
Siempre desaparece al alba,
y con él todas mis
esperanzas.
Un vagabundo me insulta.
Un padre de familia
me amenaza con
una pistola de juguete.
Hoy no es mi día.
Puede ser que la ciudad no sea para mí.
Puede ser que quiera ser feliz
en otro lugar.
En Pueyo las gallinas llevan bragas.
En Pueyo las gallinas nunca
pierden los huevos.
Hoy no es mi día.
Puede ser que compre
unas aceitunas
aliñadas
estilo
chupadedos.