ADMIRADO

Esperaba desde lejos
y cruzaba el paso de peatones 
con su cami azul marino, conocido de
toda la vida, admirado de sobra

por-sus-aficiones.

Admirado en los ochenta, admirado con sus amigos
fumando-y-robando-la-pasta o ligando con alguna
chica en las escaleras de la

sala Carlos III.

Admirado porque caminaba solo, porque siempre
lo hacía y porque se sentaba solo y no

jugaba-ni-se-peleaba.

MI TELARAÑA DEPRESIVA

Antes he visto un
coche de policía en el monte
haciendo no se qué, antes lo he visto
y he supuesto que parado en

alguna carretera lejana.

Más tarde en Ororbia he
visto cómo se agitaban trece bombillas
y cinco minutos después casi

atropello un gato.

De pronto he supuesto que a siete kilómetros
le había dado a un turista un tirón en la
rodilla subiendo unas escaleras de
papel, y que no caminaba recto,
y que no estaba muerto

del todo.

VIGÍLALA LA LA DE CERCA

No sabes por qué pero
siempre has querido ser un

dragón,

pero vives en un agujero en el barro
cerca de un árbol, pero sigues queriendo

ser un dragón.

No te preocupes demasiado,
como dije una vez, el cubo azul sigue debajo de
la mesa marrón.

¡Ay el cubo azul!

El cubo azul no tiene patas para salir por patas
pero la mesa marrón sí que las tiene,
canta una canción, vigila tu mesa,

vigílala la la de cerca.

REZANDO A ROBOCOP

Dios mío,

mira qué contento
camina con su aguinaldo
y balancea su bigote de lado a lado,
camina tan contento que casi sale volando

con su puto aguinaldo.

Mira qué contento camina, ha rozado
cuatro piruletas con el hombro

y ni siquiera lo ha notado.

Prefiero ser yo aburrido y sentado
en un banco tres horas haciendo
un charco de lapo gigante y

rezando a Robocop.

MIS PROBLEMAS SERÁN OTROS CUANDO HAYA MUERTO

Salgo a la calle
y congelo mis manos,
y veo el tapacubos de mi
segundo coche rodeado de flejes

y trozos de ladrillo,

y salgo del río por unas escaleras de cemento,
y entro de nuevo, y mojo mis pies

todas las noches,

y pienso que no remonta el cangrejo la corriente,
que se hunde a cada paso que da

en el barro del fondo,

y pienso que mis problemas serán
otros cuando haya

muerto.

DESDE LEJOS

Como de juguete avanzan
desde lejos un coche de policía

y una bicicleta.

Un diminuto señor atraviesa la calle
con una microscópica barra de pan en la

mano.

Una mini señora de ochenta y siete años cruza
el paso de peatones apoyada en su

mini bastón.