Había una vez un charco muy profundo
Era uno de mis charcos preferidos
En ocasiones me gustaba rodearlo
Otras veces me gustaba saltarlo
Recuerdo que una vez lo pisé con fuerza
Había una vez un charco muy profundo
que ya no existe porque no llueve
y cuando el suelo se calienta en verano
La ropa tendida se seca muy rápido
y el pelo mojado se seca muy rápido
Como una gota de lluvia que se precipita desde lo alto
y desaparece antes de tocar el suelo