COMO UN CHARCO DIÉDRICO AL CUBO

Me
gusta
el barro
pero no me gusta
lidiar con embarrados.
– Dijo ella.

Te quiero. – Dijo él.

Te creo. – Dijo ella.

Y se separaron el uno del otro.

Como
una procesión
de burbujas salidas
de un cuerpo estampado contra un metal.

Como la nostalgia, como un charco diédrico al cubo.

Publicado por

Txema Maraví Artieda

Soy de mi pueblo de toda la vida.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *