De ser un borracho empedernido.
De haber caminado flotando
tres centímetros por
encima del
suelo.
Y de haber hablado sin tú querer escucharme
por estar yo por encima del resto.
Contando batallitas como un viejo.
Rompiendo tu espacio vital.
Y yo sin sentir
nada…
Dentro de mi cabeza.
Siendo un pesado, un muro borracho.
De todo ello no me disculpo.