No soporto
el viento que me despista,
moviendo puertas y ventanas
a su antojo,
sin pedir permiso.
No soporto cuando el sol sale por las mañanas,
orgulloso y creyéndose un rey que
todo lo baña.
Y la luna que se asoma cuando quiere,
que se oculta entre las montañas
cuando le da la gana.
Siempre amenazando
y cuando menos te lo esperas…
¡Bum!