Ha
llegado
sin avisar y no
se piensa marchar.
Espera en tu pasillo, cerca del baño,
cogido
de la mano de
un medallista olímpico.
No te atreves a salir de tu cuarto ni para mear.
En tu espalda,
una mosca que no puedes matar con tu matamoscas.
En tu cama, un desconocido duerme
profundamente.
Se oye un susurro a través de la puerta:
La todopoderosa Noruega.
Hay que intentar
evitar
a Noruega.