SEMANA BLANCA

Qué milagro
la semana blanca,
qué milagro la ciudad infestada
de niñatos, qué milagro y yo sin dinero

rozando los cajeros automáticos.

Puedo sentir el milagro cuando miro al cielo,
cuando miro al carnicero, puedo sentir
el milagro cuando contagio

un bostezo.

Puedo sentir el milagro cuando veo a
cinco viejas cubiertas de ropa
hasta las cejas ejecutando
una extraña coreografía

en silla de ruedas .

Qué milagro la semana blanca,
qué milagro la ciudad
infestada de putos

niñatos.

Publicado por

Txema Maraví Artieda

Soy de mi pueblo de toda la vida.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *