
Cuando llegó la ambulancia, el ciego ya no respiraba.
Los ciegos de nacimiento también tienen prisa por llegar a ninguna parte.
- Dijo un borracho.
poemas de bolsillo
Cuando llegó la ambulancia, el ciego ya no respiraba.
Los ciegos de nacimiento también tienen prisa por llegar a ninguna parte.
Soy de mi pueblo de toda la vida. Ver todas las entradas de Txema Maraví Artieda