¿Se puede querer a unas sillas?
La respuesta es sí.
Lo verdaderamente difícil es que ellas le quieran a uno.
poemas de bolsillo
¿Se puede querer a unas sillas?
La respuesta es sí.
Lo verdaderamente difícil es que ellas le quieran a uno.
Soy de mi pueblo de toda la vida. Ver todas las entradas de Txema Maraví Artieda