Empiezo el día bien.
Empiezo el día GENIAL.
Una tacita de té verde y una tostadita con mermelada.
Me siento en la mesa de la cocina
y observo la pared.
Mi vecino de pared taladra la pared.
Del otro lado parece tonto, no lo sé, no lo conozco.
Intento beber un trago de mi tacita de té pero al hacerlo
me
pego un
golpe en la encía
con el mango de la cucharilla.
Y de pronto el día se cruza.
Y de pronto pienso en ofrecer a mi vecino una rozochka rusa.
Una rozochka rusa es el cuello de una botella rota.
¡Zas!
¡Una rozochka rusa!
¡Así en todo el cuello! ¡A degüello!