
Estoy flipando conmigo.
Esta boca, si no mequivoco, no es mía.
Cuando
acabe con todo
este juego de hacerme daño
seré lo más parecido a una persona feliz.
Mientras tanto
sigo escuchando el zumbido de un mosquito.
Escucho su zumbido pero
no lo veo.
Se
trata de liberar
por medio de la palabra.
Pero por ahora sólo veo papeleras vacías.
Bolsas de basura vacías que se
hinchan con el viento.
Escribir un poema que hable de ser feliz.
Podría estar toda una vida intentándolo
pero esa no es mi empresa.
Se trata de liberar por medio de la palabra.
Y no de llegar a a casa borracho
de felicidad y vomitarlo
todo en la alfombra
del salón.
A veces me siento mierda seca.
A veces me siento mierda fresca entre la hierba.
Hoy me siento mierda fresca entre la hierba.
Hoy me siento mierda fresca pegada
en la suela de tu zapato
derecho.
Ahora impregno todo lo que pisas con olor a mierda.
Ahora soy el olor a mierda que te persigue
a todas partes.
¡Sí!
¡Ese soy yo!
¡Ese horrible olor a mierda soy yo!
Supongo que la vida de todos es jodida.
En mayor o menor medida se pasa mal a ratos.
En la calle se pasa mal y en la cárcel también.
Eso digo yo que nunca he vivido en la calle
ni tampoco he pisado jamás
una cárcel.
Pero tiempo al tiempo pollo pera.
Quiero reflexionar sobre esto y sobre aquello.
Quiero reflexionar sobre asuntos sobre los cuales
no tengo ni pajolera idea.
Lo hago por aburrimiento pollo pera.
Porque eso es lo que eres.
Un pollo pera.