
Tres pájaros
vigilan una plaza.
Dos urracas y una paloma.
Y a su vez las urracas
vigilan a la paloma,
y a una bolsa de plástico
que se cuela debajo de un coche
arrastrada por el viento de una cálida
tarde de final de
verano.

Tres pájaros
vigilan una plaza.
Dos urracas y una paloma.
Y a su vez las urracas
vigilan a la paloma,
y a una bolsa de plástico
que se cuela debajo de un coche
arrastrada por el viento de una cálida
tarde de final de
verano.
Soy de mi pueblo de toda la vida. Ver todas las entradas de Txema Maraví Artieda