Le has dado una patada
a la basura para comprobar
si contiene algo de valor.
Pero no es basura.
Pero es una persona como tú.
Pero es un viejo a lo lejos
cerca de la carretera
que se zafa poco a poco
de una mierda de perro
pegada en la suela
de su zapato derecho.
Y tu eres un niñato con coche nuevo.
Un enano mental con piernas de oro.
Y tienes que respetar a esa persona
que ha vivido como ha querido
sin pensar demasiado en
las consecuencias
de sus actos.