No puedes mover algo
que mueves para poder moverlo luego.
No puedes hacer algo que haces para poder
hacerlo luego.
Ya te has quejado de casi todo.
Sólo te queda quejarte del viento.
Has decidido no rezar,
no sentarte a
rezar.
Quieres contarme por todos los medios
la historia de Mario el camionero.
Parecían más largas sus piernas dentro del camión.
Parecía más pequeña su cabeza dentro del camión.
Pero eran cortas sus piernas
y encima de los hombros
gastaba un buen
cabezón.
Y así acaba la historia de Mario el camionero.
Yo iré sin mis hijos donde tú me digas.
No me mandes lejos.