Es
la tercera
vez que vengo a Pamplona.
Es
la tercera
vez que parado
en medio de la acera,
con un cuchillo en la mano,
intento hablar contigo,
con tono amistoso.
(Agito mi cuchillo con cara de loco).
Sólo intento hablar las cosas.
Sólo intento hablar claro.
Y tú eres una columna seca.
Y tú sólo desoyes mis
palabras.
He sorteado tres controles policiales.
He conducido borracho y bajo
los efectos de cinco
drogas.
Es
la tercera
vez que vengo a
Pamplona y tú ni caso.