Soy un
mellado especial.
Soy una botella de vino
llena en el fondo de un lago.
Mato, aplasto una polilla y limpio
la mancha que deja
en el mueble.
Una tristeza lánguida, que
no es ampulosa invade
mi cuerpo.
No es tan duro que se esfume la vida…
Mucho más duro es que se
esfume el amor…