Tengo los hombros inclinados como mi hermano cuando digo
Javito se toca el pito por encima
del chándal.
Tienes las orejas mucho más grandes y finas cuando dices
en junio me toca cuidar a
mi madre.
Tiene una mirada bonita pero enredada cuando dice
tengo un elefante con la trompa rota
que me cuida, tengo un elefante
que me toca.
Tenemos mucho más que decir cuando decimos
un cartel azul tan bello que se funde
con el aire.
Tenéis los martes cara de rata cuando decís
una farola hueca entre los
árboles.
Tienen la pierna helada cuando dicen
una montaña de
cajas.