Otra del Oeste

La programación de western a media tarde es una idea que está cuajando. ETB 2 con su Cine western y Canal 9 con Cine de l’Óest triunfan con esta receta y alcanzan una audiencia que algunos días supera el 20%. Pero se nota como que este éxito tiene algo de contradictorio por lo que tiene de relleno. Porque reponer cine puede ser recurrente, pero es una manera de no apostar por la programación televisiva y, además, estamos ante un producto que no es novedoso. Para lo bueno y para lo malo, el cine en televisión tiene algo que ver con el reciclaje. Algo que ayuda al sostenimiento del equilibrio del planeta televisión pero indica que no se sabe, o no se puede, crear nuevos formatos. Se puede afirmar visto lo visto que la reposición de cine contribuye a la reducción de la emisión de basura por las ondas. El cine no ayuda a que la televisión encuentre su propio lenguaje, pero sí a que los programas basura no lleguen a determinados horarios y cierto público infantil y de la tercera edad, como es el caso. La reposición de Duelo en la sierra (ETB 2) o Los indestructibles (Canal 9) fue un duelo a muerte el pasado martes frente a El diario de Patricia o Gente . Fuego de colt 45 contra esos dos ejemplos de programas televisivos capaces de contaminar irreversiblemente la audiencia. El cine viene al rescate de unos espectadores atrapados en sus hogares por diversos motivos y que, tarde o temprano, acabarían cayendo en las redes de la telebasura. Por un lado, de las impúdicas confidencias en público que exige Patricia y del otro, en la lotería de crímenes y sucesos violentos que relata con luctuosa frialdad Raquel Martínez en Gente, que tiene como estilo y objetivo la imitación hasta la saciedad de su antecesora, Sonia Ferrer, para que nadie note que, efectivamente, ya se ha ido. De estos duelos vespertinos, desde luego, no saldrá la televisión del futuro.

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