Mar adentro

HAY series televisivas que funcionan igual que esos muñecos a pilas que siguen y siguen y siguen, mientras que otros muñecos que salieron al mismo tiempo que ellos se quedan por el camino. Hace poco le cortaron la corriente a 7 vidas, y hay que agradecérselo, pero no porque no continuara siendo un éxito de audiencia, más bien estaba todo el mundo tan aburrido del éxito que prefirieron darle un hachazo a la raíz, y santas pascuas. Es cierto que existe un público fiel a este tipo de series de una familia especial o una comunidad defrikis o simples esperpentos que, por mucho que parezca, no tienen nada que ver con la realidad. Este tipo de series se les dan muy bien a nuestras productoras. Se han especializado tanto que difícilmente van a meterse a crear otros productos. Zapatero a tus zapatos. Como esos muñequitos a pilas, las producciones van apareciendo y luego unas pocas son las que continúan en el tiempo. Esto les ocurre por ejemplo a Los Serrano. Todo el mundo sabe que poseen la audiencia suficiente, que por grandes que se les hagan los niños, y porque algunos lleven diez años en el bachillerato, o por mucho que los bebés sean ya adolescentes, el caso es que a la audiencia le da igual. Digo yo que tiene que salir un alma caritativa, un productor o qué se yo, alguien que sepa aplicar la eutanasia a esta historia. Cada semana veo el tándem imposible entre Resines y Belén Rueda junto con el histrionismo de Jesús Bonilla y el chulapismo desfasado de Antonio Molero y unos niños o ancianos abandonados a su suerte. Todo funciona y entiendo que nadie quiera meter jeringuilla letal a tantos años de éxito. Pero el éxito a veces se fabrica con ideas equivocadas. Es como eso de meter roedores en jaulas y reducir su vida a dar vueltas dentro de una mini noria. Por favor, que alguien los eche Mar adentro .

2 comentarios en «Mar adentro»

  1. Precisamente paseábamos por el campo unos cuantos amigos el pasado domingo, cuando saltó a la palestra dicho tema: un sinfín de series que nunca terminan (y duran, y duran…). Todo proseguía en una cuesta abajo agónica para algunas de ellas.

    Conste que quien tuvo a bien acompañarme ese día en tan grato paseo, sabía cien veces más que yo sobre series. Tuve que escudriñar en mi cerebro en qué serie andaba yo metido de verdad: y obtuve respuesta. La verdad es que «Aquí no hay quien viva» me está decepcionando lo indecible en sus últimos y nuevos episodios. Desaparecen los mejores personajes (la «pija» y su «ex«, Carlos, etcétera) y salen a relucir personajes -no nombraré a los actores y actrices por sus nombres, pardiez- que no tienen nada de innovadores. Más bien están dentro de los clichés habituales.

    La conclusión final de tan agradable conversación «campestre» no fue otra: a veces las mejores series debieran saber desaparecer con la elegancia de quien se sabe en sus más altas cotas de popularidad. Sería majestuoso. Algo que, desgraciadamente, no existe en «esta nuestra televisión».

    Saludos Javier.

  2. [quote:22f10f508e=»Epicuro»]Precisamente paseábamos por el campo unos cuantos amigos el pasado domingo, cuando saltó a la palestra dicho tema: un sinfín de series que nunca terminan (y duran, y duran…). Todo proseguía en una cuesta abajo agónica para algunas de ellas.

    Conste que quien tuvo a bien acompañarme ese día en tan grato paseo, sabía cien veces más que yo sobre series. Tuve que escudriñar en mi cerebro en qué serie andaba yo metido de verdad: y obtuve respuesta. La verdad es que «Aquí no hay quien viva» me está decepcionando lo indecible en sus últimos y nuevos episodios. Desaparecen los mejores personajes (la «pija» y su «ex«, Carlos, etcétera) y salen a relucir personajes -no nombraré a los actores y actrices por sus nombres, pardiez- que no tienen nada de innovadores. Más bien están dentro de los clichés habituales.
    Veo por esos paseos que tienes más de Epicuro que lo que pensaba. Yo entiendo que sea dificil cerrar el chiringuito, de hecho conozco a gente que trabaja en 7 vidas y me habían trasladado ya ese trabajo rutinario en los guiones. Es de agradecer su cierre aunque ahora toca años de Aida.

    La conclusión final de tan agradable conversación «campestre» no fue otra: a veces las mejores series debieran saber desaparecer con la elegancia de quien se sabe en sus más altas cotas de popularidad. Sería majestuoso. Algo que, desgraciadamente, no existe en «esta nuestra televisión».

    Saludos Javier.[/quote]

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