La Fundación de las Fundas
está en El Clot,
y hace sol,
pero La Casa de las Carcasas
me pilla más cerca, pero
caminaré hasta
El Clot.
La Fundación de las Fundas
está en El Clot,
y hace sol,
pero La Casa de las Carcasas
me pilla más cerca, pero
caminaré hasta
El Clot.
Si piso un clavo clavado en una tabla
y se clava el clavo en mi zapato
me cabreo pero no lloro.
Así funciona,
llorar no sirve de nada
si has dejado de mamar de la
teta de tu mamá.
No quiero sobrevivir, quiero vivir.
No quiero supervivencia, quiero vivencia.
¡Hiatus!
Me atosiga un pacón de pelo largo,
quiere que me queje de todo,
pero es que a mí me da
igual casi todo.
Si piso un clavo clavado en una tabla
y se clava el clavo en mi zapato
me cabreo pero no lloro.

Mi vida es un derroche
y mi ropa de cama es rosa,
se acerca el fin del mundo, si no me hacéis caso
explosiones a mansalva, fuego en las calles,
mobiliario urbano en
llamas.
Odio esos bancos modelo Europa,
odio esos bancos antimendigos
con tres apoyabrazos.
Exijo bancos que
midan por lo menos la medida
de un ser humano tumbado, si no me hacéis caso
explosiones a mansalva, fuego en las calles,
mobiliario urbano en
llamas.
Piezas de plástico que
caen al suelo y desaparecen,
amigos que no son amigos, no son
tan importantes.
Sólo trasciende lo inmaterial, tu teatro,
tus gestos dormidos, el brillo de
tu pelo sin brillantina.
Has quemado un montón de ramas y entra el humo
en tus ojos blancos, ahora
rojos.
Dime algo, dime que no has encontrado esa pieza
debajo del mueble, dime que no estaba
llena de polvo.
No importa nada esa pieza,
sólo importa el tiempo,
sólo trasciende lo
inmaterial.

Siempre rozo
una planta seca con el hombro,
me trastorna la prisa por llegar a ninguna parte,
me atosigo si cambio de rumbo, me pongo contento
si nada soy en tu mundo.
No brillan tanto los cristales de mis ojos,
me asusto igual que tú, tengo tus
mismos pies, no me gusta
caminar descalzo.
Pero tengo una cualidad,
una cualidad que no
es un defecto.
Pienso despacio.
Tú y yo tenemos doce años
y bebemos vino
quinado.
¡Qué rica la quina!
Es medicina y es golosina.
Tú yo tenemos doce años
y bebemos vino
quinado.
¡Qué rica compañía!
Eres guapa y divertida.

Yo creo que tu gato te imita,
tiene tus mismos ojos de
puto pirado.
Se mueve como tú,
se tumba como tú,
tiene tu mismo
pelaje.
Me hace ilusión, la noche del bosque se oculta entre los árboles,
se desliza entre los cristales rotos de una cabaña de madera,
y yo llevo una borrachera importante.
Será como en los libros.
Nos sentaremos los dos encima de la cama
y yo extenderé mi mano, y tú dejarás
que la plata se pierda entre
mis dedos.
Me gusta el medallón, me gusta la cadena
que contiene la noche del bosque,
gracias por todo, gracias por
tu regalo.
Mi alma es dispersa,
he olvidado el lugar secreto
donde mi madre guardaba las joyas,
el lugar secreto donde mi hermano pequeño
guardaba las drogas.
Mi alma es de los noventa, si muero
rezad por mí o no lo hagáis,
lo que queráis.
Necesitaré gafas de sol,
necesitaré dinero,
no será fácil,
necesitaré mucho dinero.
Necesitaré un montón de leña,
necesitaré mechero, me
necesitaré rodeado
de humo,
me necesitaré ardiendo.
Y vosotros, mi pueblo, seguiréis aplaudiendo.
Seguiréis con vuestras rutinas y yo
seguiré con las mías, sólo seré
un muñeco que vive
inmerso en el
fuego.