Un tosido que habla, que dice demasiado.
Carraspeo forzado, enfermo que
me quejo sin serlo.
Empiezo a encontrar defectos en mi cara.
No hago caso a la moneda.
Desecho la herradura como amuleto.
Mi vida es gracias a eso que llamo mala suerte.
Un tosido que habla, que dice demasiado.
Carraspeo forzado, enfermo que
me quejo sin serlo.
Empiezo a encontrar defectos en mi cara.
No hago caso a la moneda.
Desecho la herradura como amuleto.
Mi vida es gracias a eso que llamo mala suerte.
Nació Donaire Sinestrella
en un pueblo costero del mediodía francés.
Su hermana de leche murió ahogada en
una pequeña playa privada.
Pasó la infancia.
Hizo la primera comunión.
Se hizo un hombre de provecho.
Se hizo mayor.
Rompieron los militares su parte médico.
Conoció a un esquilador alemán.
Se compró un perro pastor.
¡Guau, guau!
Buscó entre muros y cipreses la tumba
de los Hermanos Grimm pero
nunca la encontró.
Se fue de Berlín.
Se cortó el pelo.
Se cortó una oreja y el dedo.
Viajó lejos, muy lejos con todo metido
en una bolsa con hielo.
No tuvo éxito el injerto en Sevilla.
Pobre Donaire Sinestrella.
Buscó y buscó toda
su vida
y sólo encontró en el suelo
una vela de tarta de
cumpleaños.
Ya no es
tonta mi postura.
Ya no escucha enterrados
murmullos.
No te
acerques a mí.
Reconoce desde lejos
tus intenciones.
Cuchillo
de sierra bien afilado
ser menos peligroso que hombre
blanco bien afeitado.
No engañar.
Impulso
de toda obra bella
ser instinto de supervivencia.
Toda obra bella conllevar
destrucción y miseria.
Yo Cochise,
ser embaucado
por hombre blanco.
Hombre blanco anular imaginación.
Hombre blanco olvidar reflejo
en charco ser mucho más
importante.
Cochise preferir charco.
Querrica no
es nombre de chico.
Querrica es nombre de chica.
Una lámina de Bernard Myers preside la cocina de Querrica.
Naranjas y peras dispersas, manzanas rojas y un florero.
¡Eres una Shirley! ¡Eres una Shirley!
Llora un balón pinchado
en su tejado.
Me aburres como
tres horas tocando un codo.
Tus descripciones largas y raras
precisan bostezos y más bostezos.
Me produce sopor el sonido de tu voz.
Son tus palabras comité
de castigo.
Me congelo dentro de un arcón
junto a siete bolsas de
patatas fritas.
Allí dentro el frío es atroz.
Allí dentro la oscuridad
produce terror.
Me protege imaginar tu cara de lata
de crema para el calzado
Servus,
tu cara bonita.
Me protege soñar tu cara de luna llena,
ojos, nariz y boca en el centro,
tu cara redondita.
Y ya no siento frío.
Y ya no siento miedo.
Y ya no siento lo que se supone
que debo sentir dentro
de un arcón.
Se acercan días aciagos.
No necesitamos más policías cualificados.
¡Mucho cuidado!
Si todos nos tomamos la justicia
por nuestra mano tendremos
un poli nuevo por cada
ciudadano.
Estamos inmersos en la oscuridad
y es en esta oscuridad nuestra
donde los Ánades azulones
campan a sus anchas.
No va con nosotros.
Lo respetamos pero creemos que
nuestro cometido
es otro.
Es juego perverso.
Lo entendemos pero ese juego no
tiene nada que ver con
el nuestro.
Curas en moto han sido muchos.
Curas con gafas de sol.
El rock and roll
ha sido
siempre religión
Hola qué tal.
Hola qué tal estás.
No escupas tonta tinta.
¡Chaval!
Es tu casa la que huele a bizcocho, no la mía.
Es mi madre la que acaba de comprar
un afilador de cuchillos.
¡Zas!
Yo también lo pensaba de mí.
Tú también lo pensabas de ti.
El rock and roll.
El rock and roll.