DONAIRE SINESTRELLA

Nació Donaire Sinestrella
en un pueblo costero del mediodía francés.
Su hermana de leche murió ahogada en
una pequeña playa privada.

Pasó la infancia.

Hizo la primera comunión.
Se hizo un hombre de provecho.

Se hizo mayor.

Rompieron los militares su parte médico.
Conoció a un esquilador alemán.
Se compró un perro pastor.

¡Guau, guau!

Buscó entre muros y cipreses la tumba
de los Hermanos Grimm pero
nunca la encontró.

Se fue de Berlín.

Se cortó el pelo.
Se cortó una oreja y el dedo.
Viajó lejos, muy lejos con todo metido

en una bolsa con hielo.

No tuvo éxito el injerto en Sevilla.
Pobre Donaire Sinestrella.
Buscó y buscó toda

su vida

y sólo encontró en el suelo
una vela de tarta de
cumpleaños.

DENTRO DE UN ARCÓN

Me congelo dentro de un arcón
junto a siete bolsas de

patatas fritas.

Allí dentro el frío es atroz.
Allí dentro la oscuridad

produce terror.

Me protege imaginar tu cara de lata
de crema para el calzado
Servus,

tu cara bonita.

Me protege soñar tu cara de luna llena,
ojos, nariz y boca en el centro,

tu cara redondita.

Y ya no siento frío.
Y ya no siento miedo.
Y ya no siento lo que se supone
que debo sentir dentro

de un arcón.

EL ROCK AND ROLL

Curas en moto han sido muchos.
Curas con gafas de sol.
El rock and roll
ha sido

siempre religión

Hola qué tal.
Hola qué tal estás.
No escupas tonta tinta.

¡Chaval!

Es tu casa la que huele a bizcocho, no la mía.
Es mi madre la que acaba de comprar
un afilador de cuchillos.

¡Zas!

Yo también lo pensaba de mí.
Tú también lo pensabas de ti.
El rock and roll.
El rock and roll.