Siempre me ha gustado
andar,
lo que pasa es que a veces
se me olvida.
Me canso de mi vida con los demás.
Me canso y por eso me siento encima
de un plato de
sopa.
Siempre me ha gustado
andar,
lo que pasa es que a veces
se me olvida.
Me canso de mi vida con los demás.
Me canso y por eso me siento encima
de un plato de
sopa.
Sentado en una terraza,
en una mesa delante de mi mesa,
un borracho se queja gritando,
de la gente que habla
gritando.
No se queja gritando de la gente que se queja gritando.
No.
A esos los admira y respeta.
Se queja de la gente
que grita
a
secas.
A su lado, un borracho amigo suyo
le da la razón en todo.
Soy tan blanco
que parezco desnudo en verano.
Camino por la calle.
Mis piernas de palillo
se cuelan entre las baldosas.
Llego a casa.
Intento coser un botón cerca del ventilador.
No lo consigo pero por lo menos
lo
intento.
Voy a lavar mi lavadora.
Ella
siempre lava
pero a ella nunca la lavan.
La pienso dejar brillante, impoluta, blanca.
Ya casi
no cagan las palomas
porque ya casi no comen las palomas.
Hombres y mujeres que alimentabais a las palomas.
¡Volved!
Debemos regresar a las casas con bidé.
El bidé es el mejor invento del
ser humano después
de la rueda.
Y aquí acaba mi poema.
He
superado el duelo.
He superado el duelo de tener que
pagar
una multa de aparcamiento.
Ahora me siento raro.
Nunca me siento del todo feliz.
Camino por la acera
y para evitar cruzar una escalera
salgo a la carretera y me
atropella un
coche.
Nunca tendré un lugar propio en Barcelona
pero por el momento, miro, observo,
decoro mi sitio.
En el metro
alguien que no conozco
(ni de vista)
esquiva una venda usada.
En un semáforo
una pareja discute montada en su moto.
Por
la calle
observo personas
que son feas por su extrema originalidad.
Barcelona es un bingo de bombo metálico.
Barcelona es una gaviota de Barcelona
que se ríe de todo lo que hago,
de todo lo que soy.
Para ella soy un payaso.
Voy a morir de amor por ella.
Es
la persona
menos ocupada
del mundo con más
cosas por hacer del mundo.
Siempre sale de casa con una rodaja de sandia entre las manos.
No le miran las fotos ni tampoco los espejos.
Sólo le miran los charcos.
Tiene muy poco sentido de la nostalgia.
Si tuviera que ser una especia,
sería canela en
rama.
Explotan siete bombas en la playa de La Concha.
Cuatro en la playa de Burriana.
Tres en la de La Barceloneta.
Y dos en las Landas.
Ha
blabla
blaba y habla
blabla
ba.