Me atrapa
el sueño por las mañanas.
Cabeza y tronco del sueño, cerebro
y voluntad.
Me tengo que levantar.
Es importante hacerlo.
Pegar un salto, saltar de la cama.
Me atrapa el sueño por las mañanas.
Un mono albino me atrapa.
Me atrapa
el sueño por las mañanas.
Cabeza y tronco del sueño, cerebro
y voluntad.
Me tengo que levantar.
Es importante hacerlo.
Pegar un salto, saltar de la cama.
Me atrapa el sueño por las mañanas.
Un mono albino me atrapa.
Entonces no imaginaba ratas en los árboles.
Tampoco imaginaba un perro gigante cruzando la calle.
No imaginaba un restaurante chino, ni abierto ni cerrado.
Simplemente jugaba a juegos de mesa en el pasillo de la casa
de mi tía Rosario.
Jugaba solo, en un pasillo estrecho pero bien iluminado.
Jugaba a la ruleta, recopilaba fichas y ratones
de plástico.
Mientras tanto,
mi tío Pepe sentado en su cama,
cerca de sus camisas recién planchadas.
Sonreía cuando me inventaba una canción para él.
Encontrar
un pantalón en el suelo de la calle,
lavarlo, secarlo, plancharlo
y luego abandonarlo
en el suelo de
la calle.
Tu mirada,
me gusta que me mire.
Te voy a decir algo que me gusta más que tu mirar.
Mi silueta reflejada en tus ojos abnegados.
Y que no se te ocurra dejar
de mirarme.
No lo podría soportar.
Existe algo que nos une y a la vez nos desune.
Una especie de bola del mundo
llena de fuego.
¡Boom!
Te acabo de conocer y estamos
en First Dates.
Bebés gigantes
con miembros mecánicos
armados.
Todavía no existen.
Son proyectos de gente cabreada.
Se gestan en cuerpos cansados.
Cansados de tanto
sinsentido del
feo.
Nacerán dentro
de doscientos veinticinco años.
Acabarán con la raza que les dio la vida.
Sintiéndose menos humanos acabarán
con todos los seres humanos
del planeta tierra.
Y finalmente se apagarán, abandonando
en el suelo millones de montones
de chatarra oxidada.
Vivo en la calle.
Si quieres vivir conmigo
tespero en una esquina cualquiera, cerca de
una garrafa de agua de Bezoya
cualquiera.
Si por el camino
encuentras perchas de madera,
no las pases de
largo.
Siempre vienen bien las perchas de madera.
Esta
tarde me mudo.
Esta tarde dejo la calle.
Si quieres vivir conmigo te invito a vivir
conmigo.
Te invito a que dejemos la calle.
Ya estás aquí.
Mira cómo me soplo la mano.
Mira cómo miro tu
reflejo
en un charco.
Una persona cerca de la carretera.
Se dirige a un merendero.
No se le ve.
La poesía
es tan infinita
y a la vez tan limitada
que puede decir todo y nada.
Mientras tanto un gato vomita en mi sofá.
Está enfermo.
No sé qué le pasa.
Vomita y me mira cansado.
Después de limpiarlo todo sigo pensando.
La poesía es tan infinita y la vez
tan limitada que puede
decir todo y
nada.
Hoy es veintiséis de diciembre.
Hoy es Navidad.
No lo dice
el
calendario.
Lo digo yo.
Hoy es veintiséis de diciembre y como
palomitas,
y bebo patxarán en
el sofá.
No me culpéis de nada.
Hago lo que quiero con mi vida.
Mucha gente apela al sentido común pero lo que
no saben
es que no existe tal cosa.
Existe una tendencia a empujar, no a ayudar.
De algo de lo que tú te ríes
no nos podemos reír
todos.
Mucha gente apela al sentido común.
Yo me disfrazo de Papá Noel.
Yo clavo clavos a las
cuatro
de la mañana.
No pasa nada si lo hago.
Es mi casa y en mi casa hago lo que me da la gana.
Hoy es veintiséis de diciembre y como
palomitas, y bebo patxarán
en el sofá.
Hoy es Navidad porque lo dice Papá Noel.
Hoy es Navidad porque
lo digo yo.
Nos imaginamos la vida de los demás
mucho mejor que la nuestra.
Pero esto no es verdad.
Dos días
antes de Navidad
y todos estamos pensando
en asesinar a esa
vieja.
Tiene la cara del mismísimo diablo.
Te deja beber agua pero de
los grifos de su cocina
sólo sale fuego.
Fuego que te quema la garganta.
Nos imaginamos la vida de los demás
mucho mejor que la nuestra.
Pero la verdad es que
dos días antes de
Navidad
todos estamos pensando
en
asesinar.
Me considero pijo
porque me gusta la ropa.
No me gusta ir desnudo por la calle
y por eso en cuanto puedo compro algo de ropa.
Trabajo mucho en mí.
Ahora lo estoy pasando mal porque
me acecha una enfermedad.
No sé de qué se trata
pero parece ser
grave.
Creo que no tiene cura.
Lo que si que tiene cura es mi ansiedad.
Cuando quiero calmarla compro
ropa y ya está.
También me gustan las fragancias.
El otro día compre una
marca Reebok.
Trabajo mucho en mí.
Me gusta
mucho ser infeliz.
También me gustan las fragancias.
El otro día compré una
marca Christian
Dior.