
Perdona,
no me funciona
el contactless de la tarjeta,
tengo que meterla.
¿El qué? ¿La tarjeta?
No, la polla.
(Y lo intenta)
(Y no le cabe en la ranura del datáfono).

Hacerse mayor son palabras mayores.
Transformémonos.
Tenemos que transformarnos.
Mirémonos en ese espejo en el que nos vemos más guapos.
Mirémonos y preguntémonos:
¿Zanahorias?
¿Te gustan las zanahorias?
Hacerse mayor son palabras mayores.
Organicémonos.
Tenemos que organizarnos.
Mirémonos en ese espejo en el que nos vemos más guapos.
Mirémonos y preguntémonos:
¿Zanahorias?
¿Te gustan las zanahorias?

A Floralys le gustaba pasear con un látigo.
Llevaba medias de vinilo, botas rojas largas y una gorra con visera.
Un buen día, cerca de una tienda de mascotas,
una poli pelirroja y pecosa le pegó
una paliza brutal.
La mandó al hospital con seis costillas rotas y rota la nariz.
Cuando fui a verla a la unidad
de cuidados intensivos
Floralys estaba
dormida.
Me dijeron
que respiraba con dificultad,
que amaba la violencia y que agradecían mucho mi visita.
De pronto Floralys se despertó y me dijo:
Únete al movimiento STOP PARÁSITOS.
Únete al SINDICATO DEL CRIMEN ORGANIZADO.
También me dijo con los labios estirados,
con lo que parecía ser una sonrisa
estampada en su rostro.
Te
regalan el látigo,
las medias de vinilo y un par
de botas rojas
como las
mías.

¿Recuerdas a mis amigos del pueblo?
Yo sí los recuerdo…
Creo que hubo una parte injusta en mi proceder con L.
…
Si no sabes de qué hablo, si crees que miento
y que no escribo bien, sal de mi poema.
No entres más, no merece la pena.
No merece la pena si no consigo que lo entiendas.
¡Sal ya y no vuelvas!