TE REVIENTO LA CABEZA

Tú.
Yonki del verbo.
Tragaldabas de la palabra.
Lentejo fascinado por la oración.

Entiendo
lo de tus lumbares.
Y también entiendo que no te secas las piernas
cuando sales de la
ducha.

Pero tú no entiendes nada.
Cenutrio de revista.
Amapolo.

Cabeza de tubérculo.

¿Cómo quieres que te crea si eres feo leyendo un libro?
Está mojado, está mojado y arrugado…

¿Y a mí qué me importa?

No me digas que me importe.
Te reviento la
cabeza.

Publicado por

Txema Maraví Artieda

Soy de mi pueblo de toda la vida.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *