LLAMANDO A DEMETRIO

Me llamo Mario y en mi pueblo me llaman Mario.
Poseo bienes de incalculable valor.

Siempre sueño con lo mismo.

Un árbol
que se derrumba
sobre una casa deshabitada.

Siempre me despierto gritando y llamando a Demetrio.
Soy muy sufridor, parezco católico sin serlo.

Siento asco por el género humano
y siento que se acerca reptando
la insoportable Navidad.

La huelo.

Publicado por

Txema Maraví Artieda

Soy de mi pueblo de toda la vida.

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