Miras
un fantasma,
una mosca en la tele,
un gato negro en
el mueble.
Miras
un banco de niebla,
un ala de paloma muerta,
una nueva vida en
la cuneta.
Miras
una caca de perro,
un trozo de plástico helado,
un campo de trigo en
la maleta.
Miras,
miras y miras
y de repente se te mete
un planeta en
el ojo.