Busco monedas cerca de los parquímetros,
bebo agua de las fuentes que son gratis,
pienso que no es un problema
de gremios, lanzo una piedra
y escondo la mano.
¿Que por qué lo hago?
Pues porque
una paloma encima de un banco,
un descampado, un edificio…
Y eso lo sabemos
tú, yo, y cuatro
más.
Y por eso faltamos tú, yo, y cuatro más
en esa carretera desierta,
en esa noche infinita,
en esa tienda de
mochilas de
tela.
Ya no busco monedas ni bebo agua
de las fuentes que son gratis,
te busco a ti, te lanzo una
piedra y te abro la
cabeza.