Hay una chica
que da de comer a los gatos,
y no la conozco,
y creo que está desequilibrada,
pero sabes qué,
me da igual.
Rozo mis dedos entre los barrotes
y pienso.
No es todo tan perfecto.
poemas de bolsillo
Hay una chica
que da de comer a los gatos,
y no la conozco,
y creo que está desequilibrada,
pero sabes qué,
me da igual.
Rozo mis dedos entre los barrotes
y pienso.
No es todo tan perfecto.
Soy de mi pueblo de toda la vida. Ver todas las entradas de Txema Maraví Artieda