Y NO RECUERDO NADA MÁS

Huele a ropa con cerveza seca en la manga.
El reflejo de la luz de la cocina de mi
vecino en la ventana de otro
vecino ilumina mi

cocina.

¿Cuántas fichas de autos de choque
vale tu amistad?

Eso me preguntó ayer Silvia Pinal.
Nos pillamos una buena
ella y yo.

Recuerdo…

Un bar de cristal con camareros de cristal.
Soñar un moco infinito en el interior de mi nariz.
Una margarita enganchada en la suela de mi zapato.

Recuerdo…

A un amigo decir…
¡Están buenas con guantes!

Y no recuerdo nada más.

Publicado por

Txema Maraví Artieda

Soy de mi pueblo de toda la vida.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *