Mi vecino del cuarto, que por cierto es muy majo,
siempre sale abrigado y oculto entre sus
prendas de invierno, dice que la
lluvia lo transforma
casi todo.
En la calle sólo le incumben las puertas
cerradas de las casas, los gorriones
y la basura entre los coches, dice
que todo lo demás no importa
casi nada.
El otro día le vieron dando el cantazo
cerca de un coche blanco, agitaba
una rama de árbol que había
encontrado en el suelo y
gritaba como un loco
¡Leña gratis!