Dios mío,
mira qué contento
camina con su aguinaldo
y balancea su bigote de lado a lado,
camina tan contento que casi sale volando
con su puto aguinaldo.
Mira qué contento camina, ha rozado
cuatro piruletas con el hombro
y ni siquiera lo ha notado.
Prefiero ser yo aburrido y sentado
en un banco tres horas haciendo
un charco de lapo gigante y
rezando a Robocop.