Nunca olvidaré los cuchillos volando
ni tampoco los fantasmas
que no eran el viento.
Pensaba yo como el perro que abandonan
atado en una farola y no entiende
que su dueño volverá,
y por eso ladra.
poemas de bolsillo
Nunca olvidaré los cuchillos volando
ni tampoco los fantasmas
que no eran el viento.
Pensaba yo como el perro que abandonan
atado en una farola y no entiende
que su dueño volverá,
y por eso ladra.
Soy de mi pueblo de toda la vida. Ver todas las entradas de Txema Maraví Artieda