Sobre tu cuaderno Praxton rojo,
tu mano delicada.
Se desliza el humo del cigarro entre tus dedos,
los descansos no te saben a nada.
Suena la campana.
Brotan los estuches con olores a grafito
y tu mano sobre la mesa parece
dormida.
Fotocopias de un tema,
fechas y batallas en la pizarra.
Suena la campana.
Qué bonita se tiñe de luz naranja,
qué bonita se tiñe tu espalda
cuando te acompaño a casa.