
Creo que ya lo dije.
A veces lloro pensando en mi funeral.
Lloro pensando en las personas que dejo, en las que se quedan.
Me las imagino llorando.
Otras riendo.
Y otras respirando por fin.
Pero las personas que más pena me da imaginar son las que lloran
porque saben que siempre llegará el olvido.
Como un perro ladrando al viento,
como un perro ladrando
a la nada, llegará.