
- La vida no es justa.
Le
dijo un sabio
a una sabia mientras
talaba un árbol
sagrado.
- No lo sabía.
Le
respondió la sabia
mientras observaba cómo la savia brotaba
del tronco del árbol
sagrado.
A lo lejos,
una paloma taciturna miraba
pero no contemplaba
la escena.
- Le he dicho tantas veces que se vaya a la mierda que ya ni me oye.
Le dijo el sabio a la sabia.
Pero la sabia no le hacía caso.
Miraba el tronco del árbol sagrado sangrando.
Lo miraba pero no lo veía.