Mi pobre ropita húmeda está solita en el balcón.
Pasará la noche en vela, helada
y colgada del tendal.
Me da
pena abandonarla
y no dejarle pasar la noche a cubierto
en el calor de mi
hogar.
Pero es que todavía no está seca.
Mañana lo estará y entonces entrará.
(Ha llovido toda la noche).
Mi pobre ropita húmeda está solita en el balcón.
No deja de llorar, digo de llover.