No
me digas
cómo ni por qué,
pero han llovido peluches.
Un niño ha recibido un golpe.
Algo le ha impactado en toda la cara.
Dicen que ha sido un peluche a gran distancia.
No
me digas
cómo ni por qué,
pero han llovido peluches.
Un niño ha recibido un golpe.
Algo le ha impactado en toda la cara.
Dicen que ha sido un peluche a gran distancia.
No
te ves
hasta encontrar un
espejo.
No importa nada que seas el narrador
e inventor de tu vida.
Necesitas
un espejo para ver algo
que puedes ver cuando quieras
a través de los ojos de
tu mente.
Molaría
tener un botón para casi
todo.
Un botón que haga desaparecer la ansiedad.
Un botón que haga desaparecer el cansancio y la tristeza.
Un botón que me haga desaparecer.
¿Qué célebre poeta del siglo veinte
dijo en su blog La curva del siglo veintiuno
Soy una viruta de madera en un mundo de madera?
Si lo sabe, no dude en participar.
¿Voy a dejar algún día
de sacar mocos y pedos deste cuerpo
enfermo que tengo?
Salgo a la calle
y piso la mierda gigante de un perro
gigante.
Soy una viruta de madera
en un mundo de
madera.
A los quince años mi mejor amiga
me dijo que me iba a quedar
calvo a los cuarenta.
Pero sigo teniendo pelo en la cabeza.
Pero sigo siendo
una viruta de madera
en un mundo de
madera.
Recuerdo
cuando mi hermano Txus y yo
íbamos a mirar tablas
Variflex a Koala.
Sólo las mirábamos.
Nunca comprábamos nada.
Hay
cosas que uno ve
y cosas que uno nunca ha visto.
Yo nunca he visto la chorra de mi padre
pero sí he visto al demonio
vendiendo pasta base
en Barcelona.
El otro día viajé en el tiempo, y cuando
llegué al pasado o al futuro,
(no lo recuerdo), me
preguntaron:
¿Qués para ti el amor?
No recuerdo mi respuesta concreta.
Sólo recuerdo que fue clara,
sencilla.
Luego añadí:
Hay cosas que uno ve
y cosas que uno nunca ha visto.
Yo nunca he visto la chorra de mi padre
pero sí he visto al demonio
vendiendo pasta base
en Barcelona.
Bajando las escaleras mecánicas
del Leroy Merlin,
con mi martillo recién comprado
en la
mano derecha,
tenía un viejo delante,
y pensaba
todo el rato en reventar
su vieja calva con mi martillo nuevo,
abrir su cráneo como si fuera
un coco maduro.
Pero no lo he hecho.
Solamente lo he pensado.
También
he pensado mil veces en estirar de la pierna
a esa señora sentada en el metro,
ver cómo su cabeza golpea el
duro suelo del vagón y se
parte las cervicales.
Pero tampoco lo he hecho.
Solamente lo he
pensado.
Son sólo pensamientos violentos.
Sí, yo también he leído a los
Hermanos Grimm.
No hay moraleja que valga.
Entre
pensar y hacer,
entre cordura y locura,
existe un abismo que obviamente,
me niego a cruzar.
¡Bu!
Soy un
tipo extraño,
supongo que como tú.
Me gustan los tiburones y los coches
de alta gama,
supongo que como a ti.
Amigos
puedo contar
con los dedos de una mano.
¿A ti también te pasa?
Estoy hablando
con tu perro por teléfono.
Me dice que no quieres levantarte de
la cama.
¿No duermes bien?
Quizás la luna tenga algo que ver.
Te propongo un plan.
Sal a la calle.
Niño
que cierra
los ojos y desaparece.
Sal a la calle.
Un
andaluz
que parece
griego y que trabaja
en un restaurante griego.
Ese soy yo si me lo propongo.
Si me lo propongo puedo
ser casi cualquier
cosa.