JE MOVIDO HILOS

El jueves
tengo la vacuna.

Je movido hilos.

Je tocado la teta única.
La teta que supera todas las tetas.

Je movido hilos.

Je meado encima de una lombriz.
Je comprado chupachuses de cinco céntimos.

Niños, viejos, borrachos y pijos, yo soy todos ellos.
Siento que los detesto y entonces me detesto.
Quiero decir algo importante
pero me muero.

Todos nos morimos poco a poco.

Quiero comprarme una pistola de perdigones
y matar palomas en primavera.

No soporto sus arrullos.
No me dejan
pensar.

LA IDOYA

Supongo que
mañana vendrá La Idoya.

Supongo que a ella tampoco
le gusta el sonido
de su voz.

Como a mí.

Como a todos, a ella le gusta viajar.
Llevo diez años discutiendo con
La Idoya.

Es un despropósito de ser humano.
Su pasión por el mal me fascina.
Su eyeliner no conoce límites.

Y es que
creo que creo en el amor
que siento y profeso
por La Idoya.

OSCAR WILDE MARICÓN

Me pesa el pelo
de tanto meter falas.

Me pasa como a los niños pequeños.

Para mí es un drama que me pongan un jersey.
No soporto el proceso de ponérmelo.

Si es que voy relleno de nada…
Si es que voy marcando a la peña…

¿Te sientes marcado leyendo mi poema?

Mi objetivo último de la vida debe ser no decir NADA.
O decir algo que transcienda
el peso de los años…

UNA PALABRA CONCRETA

Por la noche, mientras dormía,
se ha caído un plato
en la cocina.

(Se ha hecho añicos en el suelo).

Entre sueños
he imaginado que un ratoncito
se ha cortado la patita
jugando entre
los restos.

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Entre sueños
he buscado el significado
de una palabra concreta
en mi mente
dispersa.

(Nunca la encuentro).

La luna llena,
(ovillo de lana con la que los gatos juegan),
ilumina la estancia.

Una zapatilla volcada en el suelo,
un calcetín bajo
la cama.

Y en la cocina por la mañana,
un reguero de sangre
seca.