Se actualizan las aplicaciones de mi teléfono móvil.
Se actualizan ellas solas,
yo no.
Vivo en mi coche aparcado en el párking de un Lidl.
Desde allí veo la vida pasar.
Veo pasar a un viejo todo cubierto.
Veo pasar a un viejo con chubasquero.
Veo pasar a una familia de tontos con una silla de plástico
en el maletero.
No hay ángulos muertos.
Esa telaraña mental que me hace ser
un poco más desgraciado
tampoco existe.
El paracaidista de juguete se ha enganchado en el árbol.
A lo lejos un pervertido me saca la lengua
y se la menea.
Parece decir:
Soy feliz a mi manera.
Soy feliz a mi manera.