Cuando
me lo propongo soy muy tortillero.
(Te cuento una milonga o recito un poema).
Tú siempre me contestas:
– ¿Tienes cita previa?
– No.
– Vale, pues llama a este número de teléfono y allí te darán cita.
– Vale, muchas gracias.
– De nada, adiós y buenos días.
Quiero una vida para toda la vida.
Toque lo que toque siempre toco café molido.
Es mi sino o como le llaman en la tele, mi destino.
Nunca he escrito un poema que se titule CALEFACCIÓN CENTRAL.
– ¿Y a qué esperas?