Cuando miraba la nieve desde mi ventana
me sentía dentro de un ascensor
subiendo al cielo.
Era mi proceso invernal del sueño.
Era mi vida teniéndome tan zulez, tan a la deriva…
Cuando bajaba la persiana empezaba la fantasía.
Las cajas de cartón eran casas con puertas y ventanas.
Tenían hasta chimenea mis casas, y los pijamas…
Los pijamas eran mangas largas estiradas.
Cuando somos pequeños y cuando somos mayores
cometemos los mismos errores, nada cambia.
Lo bueno y lo malo permanece y resbala
por el pasillo en calcetines.