Antes de que su cabeza chocara
contra la pared notó algo
raro en la coronilla.
Como una
tela de araña que
rozaba su (tupido) estúpido cráneo.
Jugaban sus cabellos con sus pestañas,
con sus párpados, con sus ojos
de trucha muerta.
Eran cosas que hacían por inercia.
Ventajas de no ser calvo
y respetable.