La gineta es un vampiro para las gallinas,
la gineta es el no muerto, la gineta
es Nosferatu.
La gineta es la leyenda del conde que viajó
miles de kilómetros en una caja para
seducir a su amada y chuparle
la sangre.
La gineta es un vampiro para las gallinas,
la gineta es el no muerto, la gineta
es Nosferatu.
La gineta es la leyenda del conde que viajó
miles de kilómetros en una caja para
seducir a su amada y chuparle
la sangre.
Puedes madrugar y cruzar el valle dormido
pero no puedes arrancar la hierba
y lanzarla con fuerza,
y observar cómo vuela,
y sentir que vuela,
y volar con
ella.
Recuerdo pintar mi goma de borrar
con bolígrafo
azul.
Recuerdo un plato de arroz con tomate
que mi hermano dijo que igual
tiraba por
la ventana.
Recuerdo agotar el columpio.
Recuerdo comer pegamento
de barra.
¡Recuerdo!
¡Recuerdo!
¡Recuerdo!
¿Recuerdos para qué?
Prefiero no recordar,
prefiero no hacerlo y poder olvidar
que algún día tuve una freidora en casa,
prefiero no hacerlo y poder olvidar
que pasé dos años de mi vida
cenando patatas
bravas.
Cuando tus orejas crezcan y sean tan grandes
como tus manos, una especie de balada,
una especie de trova maravillosa
describirá el mundo.
Y si el mundo no razona cuando sientas
el peso, no te preocupes
demasiado,
tenemos mucha gente haciendo
el tonto con trompetas
de madera.
Cuando me abrazaba
en el fondo lo que buscaba
era el mismo abrazo,
uno de la misma forma
e intensidad.
Cuando me besaba
en el fondo lo que buscaba
era el mismo beso,
uno de la misma forma
e intensidad.
Cuando me hablaba
en el fondo lo que buscaba
era la misma conversación,
una de la misma forma
e intensidad.
Obviamente
yo buscaba lo mismo
en mis palabras
en mis besos
y en mis abrazos.
No estaban
en oferta
sus abrazos
ni tampoco
los míos
eran tan
baratos
…
Pasando costo cerca de la Plaza del Castillo
se conoce a mucha gente y es curioso,
todos hablan de
lo mismo.
Que si es el abril más lluvioso
desde hace treinta
y ocho años.
Que si los embalses están al
setenta y cinco coma cinco
por ciento de su
capacidad.
Que si este año España lucirá
quinientas noventa
banderas azules.
Pasando costo cerca de la Plaza del Castillo
se conoce a mucha gente y es curioso,
todos pagan con billetes
inclinados.
He abandonado mi cuerpo,
he abandonado mi maleta de ruedas
en plena calle.
He abandonado mi sombra y
comprado unos zapatos
en llamas.
Mira qué gracioso, mira
cómo bailo entre
las llamas.
Nos perdimos tumbados y por eso tumbados
nos hundimos en el suelo
de la calle.
Y llegamos al centro del mundo ardiendo,
y llegamos al centro del mundo como
dos cerillas lanzadas desde
una ventana.
El atardecer hace como que no sabe que
la urraca se come a la
golondrina.
El atardecer hace como que no
llega la noche y de pronto
desaparece.
No tienes nada que hacer
mirando la pared.
No te importa perder,
es mejor aprender
que la vida es una rueda y rueda
y no le pones freno,
que las cosas son preciosas por
el simple hecho de serlo,
que puedes pegar un salto
y llegar volando al cielo
y sentir que todo el mundo
está loco,
están como un
cencerro.