Las estrellas y el ruido de fondo.
Los atajos y las ortigas en flor.
Cuando todo se fundía
con las copas negras de los castaños
no nos importaba nada.
Nada nos importaba entonces.
Era verano hace veinticinco años,
era verano hace veintiséis
pero no hace cuarenta.
No era verano hace tanto.
Cuando las orillas se tornaban azules,
un cigarrillo iluminaba tu rostro.
Las estrellas y el ruido de fondo.
Los atajos y las ortigas en flor.
Me gusta,Txema
gracias bichejooo