Dos niños karatekas y hermanos
caminan merendando por las calles nuevas de mi barrio
Se arrastran entre paredes de ladrillo y un asfalto que no quema
pisando las aceras
cada uno por su lado
Se dirigen cabizbajos hacia casa de sus padres
para ver la televisión y hacer la tarea
que les han mandado
Y mi hermano y yo sentados en un banco
esperamos que las cosas ocurran de repente
mientras arreglamos nuestro mundo interior
borrachos
…