DICE mi madre que ya pasa de ver El conquistador del fin del mundo. Que no soporta la sarta de tacos gratuitos y los constantes insultos de Korta y de los concursantes. Y va a ser que tiene razón. Que una cosa es padecer miserias y otra muy distinta utilizar el lenguaje más insultante que se ha visto en televisión. Tampoco es que no estemos acostumbrados. Las tradicionales conversaciones de bar o de fútbol aportan tal cantidad de improperios al lenguaje que casi todo el mundo ya tenemos coraza. Pero ahora hablamos de un medio de comunicación y aquí los insultos sobran como sobra lo de cagarse a todas horas en alguien sea puta, dios o el fuego que se apaga. Para la próxima edición, Korta, córtate un poco o ya sabes que en casa no podremos seguirte. Claro, eso si estamos por aquí y no en Laponia, que es donde José Luis Feijó, el cerebro que preside la Comisión de Economía de la CEOE, nos quiere mandar. Hasta allá pedía, con un par, enviar a los parados que no aceptasen un empleo. Y quizás por eso el programa Españoles por el Mundo en Laponia batió récord de audiencia el pasado martes y más tratándose de una reposición. No ha quedado claro si la repetición es casualidad o forma parte de los nuevos servicios que TVE comienza a ofrecer a los nuevos inquilinos. Lo cierto es que el empresario debería tomar nota, ya que parece el sueldo medio de cualquier trabajo de aquella tierra es de 45.000 euros. Cifra que provocaría una verdadera catástrofe. Una gran migración planetaria partía hacia el lugar; el gentío acabaría con los hielos del Ártico que ocultarían media Europa y fundirían, de paso, el Perito Moreno. Seguro que todo esto lo ha urdido mi madre: piensa que con la Patagonia anegada Korta se quedará sin poder cagarse en nada. Mamá, qué poco lo conoces mamá.